miércoles, 23 de noviembre de 2016

la muerte blanca

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Esta leyenda cuenta la historia de una niña escocesa que odiaba mucho la vida, tanto que quería destruirse por completo. Finalmente, decidió suicidarse, pronto su familia vio lo que había hecho.

Sin embargo, el horror no se detuvo ahí. Cada uno de los miembros de la familia murió a pocos días del suceso. Sus extremidades se desintegraron. La leyenda indica que cuando te enteras sobre la Muerte Blanca, la niña se aparece y toca a tu puerta repetidamente. Cada toque es más fuerte, hasta que abres la puerta y ella te asesina por miedo a que le cuentes a otros acerca de su existencia. Su principal motivo es evitar que otros se enteren de ella.

Después de leer esto, quizá ella toque a tu puerta…

la bruja convertida en lobo y herida



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Mi madre es de Lima, pero de pequeña iba al pueblo de Cañete, a ochenta kilómetros de Lima, porque su madre tenía una casa allí. Y un día nos contó que una vecina del pueblo, una vieja, le había pedido a una supuesta bruja que vivía allí que le hiciese daño a un vecino. Entonces, la bruja, a las doce de la noche, dice que se convirtió en un lobo, y fue a hacer el daño a este hombre, atacándolo, con la intención de matarlo. Este hombre estaba en la puerta de su casa, fumándose un cigarro, cuando en eso vio a un lobo que se le iba encima. Y, por inercia, cogió un palo para defenderse. Y ese palo se fue incrustado en la pierna del lobo, y éste se fue huyendo. Al día siguiente de eso, el hombre fue a la tienda del pueblo y contó a los pueblerinos de allí lo que le había sucedido, que había sido atacado por un lobo, o por un zorro. Los vecinos le dijeron que eso era muy raro, porque no hay lobos ni zorros allí; decían que habría sido un perro. Pero ese hombre conocía a todos los perros del pueblo, porque era un pueblo pequeñísimo, con sesenta habitantes. Al salir de la tienda, dicen que vio este hombre a la bruja, que ya sabía la gente en lo que ella se transformaba. Y lo que le sorprendió a este hombre fue que vio a la mujer cojeando de la misma pierna izquierda que fue en la que él incrustó el palo al lobo.